LA LLAVE DEL ABISMO

THE KEY TO THE ABYSS-LA LLAVE DEL ABISMOLa “llave del abismo” es un nombre llamativo, y a la vez misterioso. Se menciona sólo en dos ocasiones en la Biblia, las dos en Apocalipsis. Una, en la profecía de las siete trompetas, y otra, en relación con el milenio.1 La palabra abismo, sin embargo, aparece en muchas más ocasiones. Se menciona por primera vez cuando Dios estaba formando la tierra en nuestra Creación, relacionándolo con las tinieblas.2 El abismo en la Biblia, suele hacer referencia a cosas negativas o peligrosas, como las profundidades abismales del mar3, las enormes distancias, lo tenebroso o siniestro, el sepulcro o la muerte4, y sobre todo, el reino de las tinieblas espirituales donde gobierna Satanás.5 A él se le llama el ángel del abismo6, identificado claramente en la profecía de las siete trompetas.7 Allí, se dice que se le da la llave del “del abismo”, con la que abrió su profundidad y de la que salió “humo”, que simboliza su acción engañadora, y liberó su ejército para engañar al mundo. El darle la llave para poder abrir el abismo, indica que se le permite ejercer una obra de engaño total, la más poderosa que afectará a todo el mundo.8 Es el final de los tiempos y quiere imitar la Segunda Venida de Cristo, haciéndose pasar por él. Jesús ya advirtió que Satanás intentaría engañar, si es posible, a los escogidos.9

El otro lugar donde se menciona la llave del abismo es en referencia al final de este mundo, en el momento justo posterior a la venida como vencedor del verdadero Cristo. El autor del Apocalipsis predice el destierro de Satanás y el estado caótico y de desolación a que será reducida la tierra después de la venida de Cristo y declara que este estado de cosas subsistirá por mil años: “Vi entonces que un ángel descendía del cielo. Llevaba en su mano la llave del abismo y una gran cadena. Apresó al dragón, que es la serpiente antigua, y que es también el Diablo y Satanás, y lo ató durante mil años; luego lo arrojó al abismo y lo encerró, y selló la puerta, para que no volviera a engañar a las naciones hasta el cabo de los mil años. Después de esto es necesario que se le suelte por un poco de tiempo”.10 La acción de ser atado con una cadena, arrojado al abismo y encerrado con llave, significa que quedará atrapado, limitado, sin poder tentar a nadie, atado por las circunstancias. El texto lo dice claramente: “para que no volviera a engañar a las naciones”. Al final del milenio, será soltado de nuevo. Se abrirá el abismo otra vez, siendo liberado de su prisión. Saldrá entonces para “engañar a las naciones”.11

A la venida de Cristo los impíos serán borrados de la superficie de la tierra, consumidos por el espíritu de su boca y destruidos por el resplandor de su gloria.12 Aquí es donde, con sus malos ángeles, Satanás hará su morada durante mil años. Limitado a la tierra, no podrá ir a otros mundos para tentar e incomodar a los que nunca cayeron. En este sentido es cómo estará atado: no quedará nadie en quien pueda ejercer su poder. Le será del todo imposible seguir en la obra de engaño y ruina que por tantos siglos fue su único deleite.13 Durante los mil años que transcurrirán entre la primera resurrección y la segunda14, se verificará el juicio de los impíos.15 El apóstol Pablo señala este juicio como un acontecimiento que sigue al segundo advenimiento. “No juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor; el cual sacará a luz las obras encubiertas de las tinieblas, y pondrá de manifiesto los propósitos de los corazones”.16 Daniel declara que cuando vino el Anciano de días, “se dio el juicio a los santos del Altísimo”.17 En ese entonces reinarán los justos como reyes y sacerdotes de Dios. Pablo predijo que “los santos han de juzgar al mundo… ¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?”.18

Y Judas declara que “a los ángeles que no guardaron su original estado, sino que dejaron su propia habitación, los ha guardado en prisiones eternas, bajo tinieblas, hasta el juicio del gran día”.19 El juicio se realizará ante el gran trono blanco de Dios con todos los libros de registro delante.20 Jesús es el Juez y Él dice: “Yo soy el primero y el último,y el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre. Amén. Yo tengo las llaves de la muerte y del infierno”.21 Es el realmente el que “abre y nadie puede cerrar, y cierra y nadie puede abrir”.22 Al fin de los mil años vendrá la segunda resurrección. Entonces los impíos serán resucitados, y comparecerán ante Dios para la ejecución del “juicio decretado”. Todos los que no tengan su nombre registrado en el libro de la vida serán lanzados al lago de fuego y desaparecerán para siempre. Es la muerte segunda.23

 

Referencias Bíblicas:

  1. Apocalipsis 9: 1; 20: 1
  2. Génesis 1: 2; Proverbios 8: 27, 28
  3. Génesis 7: 11; Job 38: 16
  4. Isaías 14: 15; Proverbios 1: 12; 23: 27; Salmos 71: 20
  5. Efesios 6: 12; Apocalipsis 11: 7; 17: 8; 12: 9
  6. Apocalipsis 9: 11
  7. Ver en esta sala la ficha de Las siete trompetas
  8. Apocalipsis 9: 2-4
  9. Mateo 24: 24
  10. Apocalipsis 20: 1-3; Jeremías 4: 23-26
  11. Apocalipsis 20: 7, 8
  12. 2 Tesalonicenses 2: 8; 2 Pedro 3: 12
  13. Isaías 14: 12-20; Isaías 24: 21, 22; Lucas 10: 18
  14. Apocalipsis 20: 5
  15. Apocalipsis 20: 4
  16. 1 Corintios 4: 5
  17. Daniel 7: 22
  18. 1 Corintios 6: 2, 3
  19. Judas 6
  20. Apocalipsis 20: 11, 12
  21. Apocalipsis 1: 17, 18
  22. Apocalipsis 3: 7
  23. Apocalipsis 20: 9, 10, 13-15; Malaquías 4: 1-3