ORO, INCIENSO Y MIRRA

GOLD, INCENSE AND MYRRH-ORO, INCIENSO Y MIRRAFueron los tres regalos que los Magos de Oriente trajeron a Jesús.1 Originalmente los magos eran una clase sacerdotal de Media y de Persia. De noble nacimiento, educados, ricos e influyentes en el pueblo, eran los depositarios de la sabiduría popular del antiguo oriente en religión, astronomía, literatura, etc. Su conocimiento de la tradición judía sobre la venida de Jesús, así como su fe en las Escrituras2, les hizo emprender el viaje hacia Belén; una vez allí, reconocieron en el niño Jesús al Salvador de la humanidad, y pusieron a sus pies lo más significativo, valioso y profético. El oro era un metal ampliamente distribuido y considerado de gran valor.3 Fue uno de los metales conocidos desde muy antiguo en Egipto y se usó incluso para ataúdes reales. Antes del diluvio era abundante en Havila4, y pronto después del diluvio el metal fue popular para joyas y adornos.5 Sabá, Ofir y quizás Arabia6 fueron centros mineros de extracción de oro. Tanto en el tabernáculo como en el templo, se usó el oro en forma abundante para recubrir las paredes de madera y los muebles, y para la fabricación de utensilios.7 Como aplicación espiritual, con el oro estos filósofos reconocieron a Cristo como Rey.

El incienso era una mezcla de sustancias aromáticas y fragantes, como resinas y especias, usada en la adoración religiosa. El incienso ordenado para el uso del tabernáculo consistía de partes iguales de estacte (tal vez opobálsamo), uña aromática, gálbano e incienso, y algo de sal. Estaba prohibido usar la mezcla de esta fórmula para otros propósitos.8 El quemar incienso también era practicado en los ritos religiosos paganos.9 El incienso era llevado a Palestina desde Arabia por caravanas de Madián, Efa y Sabá10, y se almacenaba, junto con otros ingredientes necesarios para las ofrendas, en una habitación especial del recinto del templo.11 En un sentido espiritual, podemos afirmar que mediante el incienso, los magos reconocieron la divinidad de Cristo.

La mirra era una sustancia de aroma agradable, probablemente producida por un arbusto con muchas ramas que crece en el sudeste de Arabia y en Somalia. Alcanza una altura de 1,8 m en la zona costera, y de 4,5 m en las regiones más elevadas, y tiene una corteza olorosa a través de la cual la resina exuda en forma natural. Se puede estimular ese flujo con incisiones en ella. Al principio, la secreción es aceitosa, pero con la exposición al aire se endurece formando pequeñas “gotas” blancas o amarillentas. Los orientales lo aprecian como agente perfumante y como medicina. Era un ingrediente del aceite para el ungimiento que usaban los sacerdotes12, y sirvió como agente purificador para las mujeres.13 Esta sustancia fragante fue uno de los regalos que los sabios dieron al niño Jesús cuando fueron a verlo14, y se usó también como elemento embalsamador en el tiempo de su muerte.15 En el tiempo de Jacob, era importado por Egipto y considerado de suficiente valor como regalo para un dignatario. A nivel espiritual, a través de la mirra, ellos reconocieron la naturaleza humana de Jesús. Vieron a alguien que sufriría y daría su vida por nosotros.

 

Referencias Bíblicas:

  1. Mateo 2: 11
  2. Números 24: 17
  3. Apocalipsis 3: 18
  4. Génesis 2: 11, 12
  5. Génesis 24: 53
  6. 2 Crónicas 8: 18; 9: 1, 14
  7. Éxodo 25
  8. Éxodo 30: 34-38
  9. Jeremías 48: 35
  10. Isaías 60: 6
  11. Nehemías 13: 5
  12. Éxodo 30: 23-25
  13. Ester 2: 12
  14. Mateo 2: 11
  15. Juan 19: 39, 40