VACAS GORDAS Y VACAS FLACAS

027-VACAS GORDAS Y VACAS FLACASPor su fidelidad e integridad, José, hijo de Jacob, fue encerrado en una cárcel a pesar de ser inocente. Su carácter fue probado1, pero resplandeció, aún en la oscuridad del calabozo. Mantuvo firmes su fe y su paciencia. El panadero principal y el primer copero del rey también habían sido encerrados en la prisión. Ambos presos tuvieron un sueño extraordinario que contaron a José, quien inspirado por Dios, pudo interpretarlo. Tres días después, se cumplió lo interpretado y el jefe de los coperos fue reintegrado a su puesto, pero el principal de los panaderos fue muerto por orden del rey. El copero del rey había expresado la más profunda gratitud a José, y éste, contándole su propio encarcelamiento injusto, le imploró que en compensación presentara su caso ante el rey.2 El copero vio su sueño cumplido en todo; pero cuando fue reintegrado al favor real, ya no se acordó de su benefactor. Durante dos años más, José permaneció preso.

El rey de Egipto tuvo una noche dos sueños que parecían anunciar alguna gran calamidad. Le preocupaban y nadie se los podía interpretar.3 La perplejidad y congoja del rey aumentaban, y el terror se esparcía por todo su palacio. Con el alboroto general, el copero recordó a José, y sintió remordimiento por su olvido e ingratitud. Informó inmediatamente al rey cómo su propio sueño y el del primer panadero habían sido interpretados por el prisionero hebreo, y cómo las predicciones se habían cumplido. Se llevó a José ante el Faraón, quien modestamente rechazó el honor de poseer en sí mismo sabiduría superior, sino que “sólo Dios puede explicar estos misterios”.4 Faraón le contó sus sueños, en los que había visto a siete vacas gordas subir del río y que eran devoradas por otras siete vacas flacas que salieron después; y lo mismo sucedió con siete espigas gruesas, devoradas por otras siete espigas menudas. José dijo que Dios había mostrado a Faraón lo que iba a hacer. Habría siete años de abundancia. Los campos y las huertas rendirían cosechas más abundantes que nunca. Y este período sería seguido de siete años de hambre gravísima. Aconsejó al rey el poner un varón prudente y sabio sobre la tierra de Egipto y juntar toda la provisión de esos siete años buenos en depósitos para el país, para los siete años del hambre que habría en la tierra de Egipto.5

El rey estaba perplejo, pero al ver y oír de la sabiduría y la prudencia manifestadas por José en la administración de la cárcel, fue evidente para él que José poseía habilidad administrativa en alto grado. Se decidió el nombramiento, y se le hizo este sorprendente anuncio a José: “Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú: tú estarás sobre mi casa y por tu dicho se gobernará todo mi pueblo: solamente en el trono seré yo mayor que tú”.6 El rey procedió a investir a José con las insignias de su nueva y elevada posición. El Faraón se quitó su anillo de su mano, se lo puso a José y le hizo vestir de ropas de lino finísimo. Le puso un collar de oro en el cuello y le hizo subir en su segundo carro. “Le puso por señor de su casa, y de toda su posesión”.7

 

Referencias Bíblicas:

  1. Salmos 105: 18
  2. Génesis 40: 14, 15
  3. Génesis 41: 1-8
  4. Génesis 41: 16
  5. Génesis 41: 17-33
  6. Génesis 41: 37-43
  7. Salmos 105: 21, 22