ALIMENTACIÓN EN LOS ORÍGENES

003-ALIMENTACION ORIGENESSiendo Dios el Creador del hombre, le dio a éste la alimentación que más le convenía para su mejor rendimiento y salud. Nadie como Él puede saber mejor que es lo que más nos conviene. Por eso en Génesis se explica qué incluía esta dieta original: “Después les dijo: Mirad, yo os doy todas las plantas de la tierra que producen semilla, y todos los árboles que dan fruto. Todo eso os servirá de alimento”.1 Esta es la dieta que el ser humano llevó mientras permaneció en el Jardín del Edén, antes de la entrada del pecado. Cuando el hombre fue expulsado del Edén, y como consecuencia de las modificaciones producidas por el pecado, hubo un ligero cambio en su alimentación, ya que Dios añadió otro alimento que no se menciona anteriormente: las verduras.2

Es decir, antes de la entrada del pecado en la Tierra, el ser humano comía frutas y plantas con semillas. Cuando fue expulsado del Edén añadió a su dieta las verduras del campo. Posteriormente, podemos observar otro cambio radical en la alimentación del ser humano. Después del diluvio universal, Dios le permitió a la raza humana añadir la carne a su alimentación.3 Pero la Biblia aclara ya desde el libro de Génesis, que algunos animales son limpios y otros no. Por esa razón, de los animales limpios entraron en el arca siete parejas y de los otros sólo una pareja.4 El libro de Levítico da una lista detallada de los animales y productos de origen animal que no debían ser usados para el consumo humano.5 Este último cambio en la alimentación vino acompañado de una disminución drástica de la salud y de la esperanza de vida en el ser humano6, añadida a la mayor dificultad para conseguir que la tierra produzca sus frutos, debido a la enfermedad y corrupción progresivas7, todo ello como consecuencia general del pecado, que afecta a toda la creación.8

 

Referencias bíblicas:

  1. Génesis 1: 29
  2. Génesis 3: 18
  3. Génesis 9: 3
  4. Génesis 7: 2
  5. Levítico 11
  6. Génesis 11: 10-26
  7. Isaías 24: 4, 5
  8. Romanos 8: 21, 22; 6: 23