LA ESTATUA DEL FUTURO

THE STATUE OF THE FUTURE-LA ESTATUA DEL FUTUROUna noche, Nabucodonosor, rey de babilonia, tuvo un sueño muy especial. Se acababa de dormir pensando en qué pasaría en el futuro. Dios se lo mostró de una forma impactante, gráfica y clara con un sueño.1 El caso es que el rey se despertó sobresaltado, muy impresionado, pero habiendo olvidado el contenido del sueño. A pesar de sus peticiones y amenazas de muerte, ninguno de los sabios de su corte pudo descifrar lo que significaba su sueño, puesto que ninguno podía saber qué había soñado.2 Sólo uno de ellos, el profeta Daniel, le dijo que el verdadero Dios de los cielos era el único que podía darle respuesta.3 Así que, Daniel le pidió un poco de tiempo al rey, y junto con sus tres amigos judíos, oró a Dios buscando su ayuda.4 Fue así como, durante una visión nocturna, el secreto le fue revelado a Daniel, por lo cual Daniel bendijo al Dios del cielo.5 Después, le contó al rey primero lo que éste había soñado y luego qué significaba ese sueño: “Su Majestad veía una gran imagen. Esta imagen era muy grande, y su esplendor era impresionante. Estaba de pie ante Su Majestad, y tenía un aspecto terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino, su pecho y sus brazos eran de plata, y su vientre y muslos, de bronce; sus piernas eran de hierro, y sus pies eran en parte de hierro, y en parte de barro cocido. Mientras Su Majestad miraba, una enorme piedra que nadie cortó se desprendió de un monte y golpeó los pies de hierro y de barro cocido de la imagen, y los hizo pedazos.Entonces se hicieron también pedazos el hierro, el barro cocido, el bronce, y la plata y el oro, hasta hacerse como el polvo del trigo que se muele en el verano, y el viento se los llevó sin dejar el menor rastro. En cambio, la piedra que golpeó a la imagen se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra”.6

Después, Daniel le dijo al rey que la cabeza de oro de la estatua que explicaba el futuro, le representaba a él y a su imperio, Babilonia. A éste le seguiría otro imperio inferior, que por la historia sabemos que fue el imperio Persa o Medo-Persa, pues estaba formado por dos pueblos, aunque los persas eran dominantes. Este segundo reino estaba representado por el pecho y los brazos de plata. En esa escala descendente de metales, el bronce siguió a la plata, formando el vientre y los muslos y representando al siguiente imperio: Grecia. Éste, a su vez fue sucedido por Roma, las piernas de hierro, que como el sueño de la estatua indicaba, fue sucedido por una serie de pequeños reinos, representados por los pies y los dedos. Algunas partes eran fuertes como el hierro y otras más débiles, como el barro cocido.7 A pesar de los diversos intentos de unión entre estos reinos, repetidos a lo largo del tiempo y que todavía vemos actualmente en la Europa descendiente de Roma, la profecía dice que éstos no se unirían. Por eso, hoy sigue habiendo en Europa reinos o países fuertes y otros débiles, con una unión poco consistente y desigual.8 Pero la profecía de la estatua del futuro, concluye con la visión de una piedra, que por intervención divina y no humana, golpea a la estatua en sus pies y la desmenuza completamente.9 Según esta profecía, Dios intervendrá en esta época, última de la historia de este mundo, para acabar con las divisiones humanas como las conocemos y crear un reino único y eterno, en el que Él será el Rey. Nabucodonosor aceptó humilde lo que el verdadero Dios le había revelado, dándole honra y alabanza, y premiando también a sus fieles representantes, Daniel y sus tres compañeros.10 Algunos años después, Dios dio a Daniel un sueño con más detalles sobre el futuro del mundo, y también del pueblo de Dios, pero con otros símbolos: las cuatro bestias.11

 

Referencias Bíblicas:

  1. Daniel 2: 29
  2. Daniel 2: 1-13
  3. Daniel 2: 27, 28
  4. Daniel 2: 16-18
  5. Daniel 2: 19, 30
  6. Daniel 2: 31-35
  7. Daniel 2: 36-42
  8. Daniel 2: 43
  9. Daniel 2: 44, 45
  10. Daniel 2: 46-49
  11. Ver ficha de las cuatro bestias