LA ÚLTIMA CENA

THE LAST SUPPER-LA ULTIMA CENACuando el pueblo de Dios estaba en la esclavitud de Egipto, antes de la última plaga que Dios mandara a los egipcios para que permitieran salir su pueblo, él ordenó a Moisés a que instruyera al pueblo sobre el acontecimiento de la  Pascua. Tenían que tomar un cordero macho sin defecto de un año de edad y convivir con él. El día 10 del mes de Nisán tenían que apartarlo y mantenerlo separado hasta el día 14 de ese mismo mes, cuando debía ser sacrificado.La sangre del cordero debía de ser ungida en las dos columnas y en el dintel de la puerta de cada casa. Aquella noche, cuando el ángel de Dios recorriera la tierra de Egipto para matar a todos los primogénitos, todas aquellas puertas que estuvieran marcadas con la sangre del cordero, estarían libres del exterminio de los primogénitos. De esta manera, Dios pasaría “por encima” de esas casas y seguiría aplicando su sentencia sobre los egipcios.1

Las familias hebreas debían entonces comer aquel cordero asado junto con panes sin levaduras (la casa debía ser también limpiada de toda levadura)  y hierbas amargas. El cordero había sido matado para que la muerte no hiriese a los hijos de Israel. Por donde pasaba el Ángel y encontraba los postes de las casas manchados con sangre, pasaba de largo y no mataba en aquella casa, “pasaba por encima” (eso significa la palabra pascua) porque ya había muerto alguien (el cordero). Por lo tanto, Dios enseñó al pueblo que debía conservar la fiesta de la Pascua (pasar por encima) para recordar perpetuamente como Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud, y transmitirlo por generaciones. Debían hacerlo frente a sus hijos, quienes observarían atentos cada cosa que se hacía y como comían “apresuradamente” el pan sin levadura, las hierbas amargas y el cordero asado. Entonces ellos preguntarían: ¿Por qué hacéis esto, qué significa?, y los padres debían explicarles el significado de la Pascua.2 Esta ceremonia tenía un aspecto mucho más importante que la liberación de Egipto. Señalaba hacia el futuro, cuando “el Cordero de Dios”, Jesucristo, sería sacrificado por la humanidad en una cruz, para que fuesen librados de la esclavitud espiritual, del pecado y de Satanás.

Antes que Cristo fuera sacrificado en la cruz del Calvario y dar su vida por los pecados de la humanidad, la Biblia dice que Él se sentó a la mesa con sus doce discípulos y compartió con ellos lo que conocemos como la “Última Cena”. Ese día Jesús instituyó el Nuevo Pacto, “Y mientras comían, tomó Jesús el pan y lo partió, dio a sus discípulos y dijo: ‘Tomad, comed; esto es mi cuerpo’. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: ‘Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre’”.3 En esa ceremonia el pueblo de Dios bajo el Nuevo Pacto hace memoria de la obra que hizo Cristo en la Cruz del Calvario, pero no solamente miran atrás “anunciando su muerte”, sino que miramos al futuro cuando Jesucristo ha de volver en gloria y majestad a por los suyos. Por eso el Apóstol Pablo dice que hemos de celebrarlo “hasta que Él venga”.4 Nuestra Pascua es Cristo.5

 

Referencias Bíblicas:

  1. Éxodo 12: 1-14
  2. Éxodo 12: 17-28
  3. Mateo 26: 26-29
  4. 1 Corintios 11: 26
  5. 1 Corintios 5: 7