LENTEJAS Y PRIMOGENITURA

025-LENTEJAS Y PRIMOGENITURAEsaú y Jacob, los hijos gemelos de Isaac, presentan un contraste sorprendente tanto en su vida como en su carácter. Esta desigualdad fue predicha por Dios mismo antes de que nacieran. Cuando él contestó la oración de Rebeca, le anunció que tendría dos hijos y le reveló su historia futura, diciéndole que cada uno sería jefe de una nación poderosa, pero que uno de ellos sería más grande que el otro, y que el menor tendría la preeminencia.1 Esaú, nació primero, Era rubio, muy velludo y era cazador; un hombre rudo y del campo, que buscaba la complacencia propia y que todo su interés estaba en el presente, en sus aventuras y sus cacerías. Sin embargo, era el hijo favorito de su padre.2 Jacob, que nació con su mano agarrada al talón de su hermano como si fuera una señal3, era reflexivo, tranquilo, amable y hogareño, pensando siempre más en el porvenir que en el presente, se conformaba con vivir en casa, ocupado en cuidar los rebaños y en labrar la tierra. Para Rebeca, Jacob era el hijo predilecto.4

Las promesas hechas a Abrahán y confirmadas a su hijo Isaac, habían sido enseñadas a Esaú y Jacob. La primogenitura era un asunto de gran importancia, porque no sólo abarcaba la herencia de las riquezas terrenales, sino también la preeminencia espiritual. El que la recibía debía ser el sacerdote de la familia; y de su linaje descendería el Redentor del mundo. En cambio, también pesaban responsabilidades sobre el poseedor de la primogenitura. El que heredaba sus bendiciones debía dedicar su vida al servicio de Dios. Como Abrahán, debía obedecer los requerimientos divinos. En el casamiento, en las relaciones de familia y en la vida pública, debía consultar la voluntad de Dios. Esaú no amaba la devoción y tenía en poco la herencia espiritual que conllevaba la primogenitura. Por ello, un día que volvía del campo con mucha hambre y cansado, viendo a su hermano haciendo un guiso rojo de lentejas, le pidió a su hermano que le diera del guiso. Jacob, muy calculador, le pidió a cambio que le cediera la primogenitura y como a Esaú lo que más le importaba es que se moría de hambre, le juró que se la cedía.5 Esaú, irreflexivo como siempre, se casó con dos mujeres sin consultar a Dios y éstas fueron siempre una amargura para Isaac y Rebeca.6

Un día, cuando Isaac era ya muy anciano y sin vista quiso, antes de morir, transmitir a su hijo Esaú la bendición que suponía la primogenitura. Le pidió que fuera a cazarle una pieza y que se la guisara como a él le gustaba y luego le bendeciría.7 Rebeca que le oyó, entretanto Esaú se marchaba, aprovechó la ocasión y aleccionó a su hijo para que suplantara rápidamente a su hermano, disfrazándose y mintiendo a su padre. Jacob lo hizo y recibió la bendición de parte de un confuso Isaac.8 Al volver Esaú, se apercibió del engaño y de lo que había perdido. De ahí en adelante se generó un odio muy grande.9

Y Jacob, aconsejado por su madre y bendecido por su padre, tuvo que huir a casa de su tío Labán, no volviendo a ver nunca más a sus padres. Esaú también se marchó lejos.10

 

Referencias Bíblicas:

  1. Génesis 25: 22, 23
  2. Génesis 25: 24, 27, 28
  3. Génesis 25: 26 (Jacob significa suplantador)
  4. Génesis 25: 27, 28
  5. Génesis 25: 29-34
  6. Génesis 26: 34
  7. Génesis 27: 1-4
  8. Génesis 27: 5-29
  9. Génesis 27: 30-41; Hebreos 12: 16, 17
  10. Génesis 27: 42-46; 28: 1-9