DOCE ESPÍAS

041-DOCE ESPIASDios sacó a los israelitas de Egipto para establecerlos en la tierra de Canaán. Habían visto el poder de Dios cuando se enfrentaron a las mayores dificultades. Ahora, cuando ya estaban por empezar la última etapa antes de entrar en Canaán, vacilaron, dudaron y sin confiar en la segura dirección de Dios, quisieron averiguar como era la tierra que Dios les había prometido como herencia. La hueste hebrea acampó en Cades, en el desierto de Parán, cerca de las fronteras de la tierra prometida. Allí propuso el pueblo que se enviasen espías a reconocer el país.Moisés presentó el asunto al Señor, y el permiso le fue concedido con la indicación de elegir para este fin a uno de los jefes de cada tribu.2 Los hombres fueron elegidos según lo ordenado, y Moisés les mandó que fuesen y viesen el país, cómo era, y cuáles eran su situación y ventajas naturales, qué pueblos moraban allí, si eran fuertes o débiles, muchos o pocos, y asimismo que observasen la clase de tierra y su productividad, y que trajesen frutos de ella.

Los espías estuvieron 40 días3 y regresaron de su expedición con muestras de frutos que revelaban la fertilidad de latierra. Era la estación de las uvas, y traían un racimo tangrande que lo habían de transportar entre dos. Al principio, el pueblo se alegró pensando en una tierra tan buena.4 Pero después, todos los espías, menos dos de ellos, Caleb y Josué, hablaron de las dificultades y los peligros, de las ciudades grandes y amuralladas, de que habían visto gigantes y quesería imposible vencerles. Dijeron que era inútil pensar en apoderarse de la tierra. El pueblo estaba desilusionado y desesperado. Caleb dijo, “sí, las murallas son altas, y los cananeos son fuertes. Pero Dios ha prometido la tierra a Israel. Subamos luego, y poseamos la tierra, que más podremos que ella”.5 Pero los diez insistieron en su informe negativo. A esto siguió pronto la rebelión abierta y el amotinamiento del pueblo. Maldijeron a Moisés y a Aarón, olvidando que Dios les oía. Con amargura clamaron: “¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto!”6

Dios les concedió lo pedido y ninguno mayor de 20 años entraría en Canaán, sólo Caleb y Josué, porque en ellos había otro espíritu.7 Así como los espías habían estado cuarenta días de viaje, las huestes de Israel iban a peregrinar en el desierto durante cuarenta años y morir allí.8 Los acontecimientos ocurridos en Cades-Barnea, se convirtieron en un hito histórico en la vida del pueblo de Israel por sus connotaciones espirituales y fue llamada la gran provocación.9

 

Referencias Bíblicas:

  1. Deuteronomio 1: 19-33
  2. Números 13: 1-17
  3. Números 13: 26, 27
  4. Números 13: 20-28
  5. Números 13: 29-31; 14: 5-9
  6. Números 14: 1-4
  7. Números 14: 2-24
  8. Números 14: 34
  9. Hebreos 3: 8, 9, 12-15