La horca es el método de ejecución mediante estrangulamiento más utilizado a lo largo de los siglos. Presente ya en la antigüedad, es citado también en la Biblia.1 En el libro de la heroína Ester, o también llamada Hadassa2, se comenta que Amán, un personaje importante, había mandado construir una de más de 20 m de altura en su misma casa3, para una persona que odiaba. Este Amán era amalecita, de la familia de Agag, y fue honrado por el rey persa Asuero con un puesto por encima de todos sus súbditos. Los amalecitas eran antiguos enemigos de los judíos. Amán comenzó a odiar a Mardoqueo porque éste no se arrodillaba ni se inclinaba ante él4, tal y como “lo había mandado el rey” al exaltarle. A raíz de esa situación, planificó destruir, matar y exterminar a los judíos, sin saber que la propia reina Ester lo era.
Amán, con falsedades, obtuvo el permiso del rey para poder llevar a cabo un genocidio contra los judíos, incluso se designó un día para ello.5 Los habitantes de Susa, la capital estaban conmovidos con esa noticia. Mardoqueo suplicó a la reina Ester que intercediese ante el rey para ayudar a su pueblo. Ester preparó dos banquetes e invitó al rey Asuero y Amán. Con mucha sagacidad, logró inculpar a Amán por los males de su pueblo. El rey, indignado por la conducta de Amán, fue informado que éste había preparado una horca para su enemigo Mardoqueo y por orden real el propio Amán fue finalmente ejecutado en ella.6
Referencias Bíblicas: