HONDA DE DAVID

046-HONDA DE DAVIDEn las colinas solitarias y las hondonadas salvajes por donde vagaba David, hijo de Isaí, con sus rebaños había fieras en acecho. A menudo salía algún león de los bosquecillos que había al lado del Jordán, o algún oso, de su madriguera, en las colinas, y enfurecidos por el hambre venían a atacar los rebaños. De acuerdo con las costumbres de su tiempo, David sólo estaba armado de su honda y su cayado; pero no tardó en dar pruebas de su fuerza y de su valor al proteger a los animales que custodiaba.1 Su experiencia en estos asuntos probó el corazón de David y desarrolló en él valor, fortaleza y fe. Cuando Israel declaró la guerra a los filisteos, tres de sus hermanos se unieron al ejército.2 A petición de su padre, David fue a verles al campamento, para llevarles comida y ver que estaban bien.3 A medida que se acercaba, oyó un alboroto, como si se estuviera por entablar una batalla.4 David corrió y al llegar saludó a sus hermanos. Mientras hablaba con ellos, Goliat, el campeón de los filisteos, salió, y con lenguaje ofensivo retó a duelo a Israel, y lo desafió a presentar de entre sus filas un hombre que pudiera enfrentársele, luchando los dos solos en lugar de los dos ejércitos.5

Ese hombre era un gigante muy fuerte y de unos tres metros de alto.6 Lanzaba su desafío día tras día, sin que se levantara alguien que se atreviera contra él. Al que lo venciera, el rey Saúl le daría grandes riquezas, le daría a su hija y eximiría de tributos a la casa de su padre en Israel. David se conmovió al ver a todos asustados y ridiculizó al gigante y sus palabras.7 Saúl le dio permiso a David para que aceptara el desafío, pero tenía muy pocas esperanzas de que David tuviera éxito. Vistieron al joven con la coraza del rey, pero se la quitó y en vez de ella sólo tomó su cayado en la mano, con su zurrón de pastor, y una simple honda. Escogiendo cinco piedras lisas en el arroyo, las puso en su zurrón, y con su honda en la mano se aproximó al filisteo. Goliat, el gigante, avanzó y al verle, se llenó de asombro y de ira, y gritó mofándose de él.8 David no se acobardó y le desafió, confiando plenamente en Dios.9 Furioso, Goliat corrió contra su adversario. David metió su mano en el saco, tomó de allí una piedra y se la tiró con la honda hiriéndole en la frente. La piedra quedó hincada en la frente y Goliat se tambaleó y cayó al suelo. David se lanzó sobre él y cogió con las dos manos la pesada espada de Goliat y le cortó la cabeza.10 El pánico se apoderó de los filisteos y en plena confusión se retiraron de forma precipitada, siendo perseguidos por los israelitas. David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero guardó sus armas.11

 

Referencias Bíblicas:

  1. 1 Samuel 17: 34, 35
  2. 1 Samuel 17: 13
  3. 1 Samuel 17: 17, 18
  4. 1 Samuel 17: 20
  5. 1 Samuel 17: 22, 23
  6. 1 Samuel 17: 4-7
  7. 1 Samuel 17: 16, 24-26
  8. 1 Samuel 17: 42-44
  9. 1 Samuel 17: 45-47
  10. 1 Samuel 17: 48-51
  11. 1 Samuel 17: 52-54