NEHEMÍAS Y LA RECONSTRUCCIÓN DEL MURO

065-NEHEMIAS Y RECONSTRUCCION MUROJerusalén había sido totalmente destruida por el ejército de Nabucodonosor.1 Sólo ruinas y escombros encontraron los primeros exiliados que volvieron setenta años después con Zorobabel, en la primera orden de regreso, la de Ciro.2 Con muchas dificultades reedificaron un nuevo templo, de mucho menos esplendor que el original. Pero no pudieron seguir edificando, intimidados por la gente que había ocupado la tierra de los deportados.3 Estuvieron así años, hasta una nueva orden, esta vez de Darío, rey de los medos, quien después de investigar el asunto, confirmó la primera orden y mandó que se siguiera libremente la reconstrucción.4 Finalmente, el apreciado escriba y profeta Esdras, vino con la tercera y definitiva orden desde Babilonia, emitida por el rey Artajerjes.5 Nehemías, también era amigo y servidor del rey Artajerjes, quien viéndole apenado por la situación de su gente, le encargó que se ocupase de la reconstrucción total del muro y la ciudad.6 Lo logró con la ayuda de Esdras, pero no fácilmente, tal y como había profetizado Daniel que sucedería: “Sabe, pues, y entiende que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén… se volverán a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos”.7 Tal fue así, que Nehemías cuenta que la mitad de sus siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad se mantenía armada con lanzas, escudos, arcos y corazas, vigilando día y noche. Y los que edificaban en el muro, los que acarreaban y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra y con la otra sostenían la espada; cada uno tenía su espada ceñida a la cintura y así edificaban.8

Jerusalén estaba en ruinas y sus puertas consumidas por el fuego. Nehemías animó a los judíos a reconstruir el muro, para no ser ya objeto de deshonra. La mayoría aceptaron de buen grado el desafío y Nehemías hizo el reparto del trabajo por tramos y por familias.9 Todas las clases sociales participaron en la obra, incluso los sacerdotes. Cada grupo se ocupaba de una parte y así podía avanzar toda la construcción de la muralla a la vez, a pesar de las burlas y conspiraciones de sus enemigos, las cuales arreciaron cuando iban por la mitad de la altura.10 Finalmente el muro fue terminado en cincuenta y dos días. Cuando lo oyeron todos los enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor; “se sintieron humillados y reconocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra”.11 Después de que el muro fue edificado, se colocaron las puertas y se nombraron porteros, cantores, levitas y guardias. La ciudad era espaciosa y grande, pero había poca gente viviendo dentro de ella, porque las casas no habían sido reedificadas.12 Los jefes del pueblo habitaron en Jerusalén, pero el resto del pueblo, algo menos de cincuenta mil personas, echó suertes para que uno de cada diez fuera a vivir a Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las otras ciudades. “Y bendijo el pueblo a todos los hombres que voluntariamente se ofrecieron para habitar en Jerusalén”.13

 

Referencias Bíblicas:

  1. 2 Crónicas 36: 19
  2. Esdras 1: 1-4; 4: 3; 5: 13, 17
  3. Esdras 3: 8; 5: 1, 2; 4: 4, 5
  4. Esdras 6: 6-8, 12, 22
  5. Esdras 6: 14; 7:11-16, 23, 27
  6. Nehemías 1: 2-4; 2: 1-8
  7. Daniel 9: 25
  8. Nehemías 4: 6-8, 12, 15-18, 21-23
  9. Nehemías 3: 1-32
  10. Nehemías 4: 1-3, 6-8; 6: 9, 12-14
  11. Nehemías 6: 15, 16
  12. Nehemías 7: 1-4
  13. Nehemías 11: 1, 2