PIEDRAS PRECIOSAS DEL PECTORAL

036-PRECIOUS GEMSTONES ON THE CHEST PENDANTPara el servicio del Santuario, Dios escogió a la tribu de Leví1, porque permanecieron fieles a dios, frente a la idolatría generalizada del pueblo que hubo delante del Sinaí.2 Cada descendiente de los hijos de Leví tenía a su cargo y cuidado una parte distinta del Tabernáculo, también eran los encargados de su transporte, montaje o desmontaje.3 Los sacerdotes habían de ser Aarón, sus hijos y sus descendientes. Los sacerdotes habían de vestir básicamente para su ministerio una vestidura de lino4, pero el sumo sacerdote, Aarón y sus sucesores tenían además una vestidura especial, espléndida y cargada de simbolismo, lo mismo que su ministerio singular. Las vestiduras sagradas que tenían eran: el Pectoral, el efod, el manto, la túnica bordada, la mitra y el cinturón.5 Las vestiduras que debían llevar fueron descritas con todo detalle por Dios mismo a Moisés, quien las transmitió a los expertos que debían fabricarlas.6 El Pectoral era el elemento más simbólico. Además de su especial diseño cuadrado, tenía doce piedras preciosas y semipreciosas formadas en cuatro hileras, que representaban al pueblo teniendo cada una el nombre de una de las doce tribus grabado en ella.7

A los lados de esas hileras y también sobre el Pectoral, estaban las misteriosas piedras de Urim y Tumim, con las que el sumo sacerdote consultaba la voluntad de Dios.8 Cuando se llevaban asuntos ante el Señor para que él los decidiera, si una luz iluminaba la piedra de la derecha era señal de aprobación o consentimiento divino, mientras que sí una nube oscurecía la piedra de la izquierda, era evidencia de negación o desaprobación. De la misma manera que el Pectoral con toda su carga simbólica estaba sobre el corazón del sacerdote, éste tenía sobre su frente una lámina de oro, puesta sobre la mitra, y que tenía grabada la frase “Santidad a Jehová”, una forma simbólica de señalar que sólo Dios es santo y que sólo su justicia puede darnos gracia delante de él.9 Todo lo relacionado con la indumentaria y la conducta de los sacerdotes había de ser tal, que inspirara en el espectador el sentimiento de la santidad de Dios, de lo sagrado de su culto y de la pureza que se exigía a los que se acercaban a su presencia. No sólo el Santuario mismo, sino también el ministerio de los sacerdotes, debían servir “de bosquejo y sombra de las cosas celestiales”.10 Por eso era de suma importancia; y el Señor, por medio de Moisés, dio las instrucciones más claras y precisas acerca de cada uno de los puntos de este culto simbólico.

 

Referencias Bíblicas:

  1. Números 3: 5-12
  2. Éxodo 32: 26
  3. Números 3: 17-39; 4: 4-49
  4. Éxodo 40: 13; 28: 40-43; 39: 27-29
  5. Éxodo 28: 1-4
  6. Éxodo 28: 5-43
  7. Éxodo 28: 15-21, 29; 39: 8-14
  8. Números 27: 21; Éxodo 28: 30; Levítico 8: 8; 1 Samuel 28: 6
  9. Éxodo 28: 36; 39: 30
  10. Hebreos 8: 5